Imagina la felicidad y sencillamente ésta llega a tí. Imagina una sonrisa y ésta te hara reir.

miércoles, 8 de abril de 2015

Sueños

Despertó somnolienta entre un montón de recuerdos nubosos que se iban con el amanecer.  Como cada mañana  se quedó unos momentos atisbando el cielo desde la ventana, esperando que el sueño se le escapara un poco de la mente.  Las imágenes venían de vez en cuando y se iban con la misma facilidad con que llegaban; en verdad, nunca esperaba recordar nada de la noche anterior, sólo disfrutaba de la comodidad de su cama al despertar, con las sábanas más suaves que nunca y la calidez del abrigo de la manta. Así, cerró los ojos una vez más con los primeros rayos de luz dándole en la nariz, mas un recuerdo fugaz  se le atravesó frente a frente. Se dejo inundar por la evocación, que más que una simple imagen lejana, parecía aún un hecho inminente.  Poco a poco y sin esperar demasiado fue repasando cada sensación, con destellos de lucidez que  venían con frecuencia. Era como si en la protección del inconsciente ella hubiera dejado fluir lo que más anhelaba su alma, con el mismo miedo que esto suponía. Recordaba sentirlo cercano, aún cuanto ella sabía que tanto en cuerpo como en mente él se encontraba  muy lejos. Repaso  como sintió lo mismo que tantas veces, tal como si su conciencia le dijera que no era allí donde debía estar.  Estuvo a punto de rendirse, más algo extraño sucedió. Él tomo su mano en la oscuridad y ambos supieron que estaban ahí cerca, tan sólo a una respiración de distancia. Aún tenía en el corazón alegre por tal hallazgo más la certeza de que sería efímero el momento del recuerdo la hizo adelantarse a la primera impresión y caer irremediablemente en la certeza de que aún lo quería.